Uno de los grandes retos en el proceso de recuperación de una adicción no está solo en dejar el consumo, sino en transformar la manera de pensar. Muchas personas que sufren un trastorno por uso de sustancias desarrollan un patrón de pensamiento rígido, conocido como pensamiento dicotómico o absolutista.
Este estilo mental hace que la realidad se vea en términos extremos: blanco o negro, éxito o fracaso, todo o nada. En el Centro de Adicciones Julia Payá en Valencia lo observamos con frecuencia en quienes inician su proceso terapéutico. Entender este tipo de razonamiento, reconocer sus consecuencias y aprender a flexibilizarlo es clave para avanzar hacia una recuperación estable y duradera.
¿Qué es el pensamiento dicotómico?
El pensamiento dicotómico es una distorsión cognitiva que lleva a interpretar la realidad de manera polarizada, sin matices intermedios. En este esquema, las cosas se viven como:
• “O lo hago perfecto o no vale la pena hacerlo”.
• “Si recaigo una vez, significa que todo está perdido”.
• “Soy un éxito total o un fracaso absoluto”.
Este estilo de pensamiento puede parecer inofensivo al principio, pero en la vida cotidiana y en el proceso de recuperación de una adicción se convierte en un gran obstáculo.
Cómo se manifiesta el pensamiento dicotómico en la adicción
Las personas con adicciones suelen oscilar entre extremos emocionales y conductuales. Algunas de las formas más comunes en las que se manifiesta este tipo de razonamiento son:
• Autopercepción rígida: verse a sí mismos como totalmente buenos o totalmente malos.
• Visión extrema de las recaídas: una pequeña caída se interpreta como un fracaso total, lo que puede aumentar el riesgo de seguir consumiendo.
• Relaciones inestables: las personas del entorno son vistas como “aliados” o “enemigos”, sin reconocer puntos medios.
• Expectativas irreales: esperar cambios inmediatos y radicales en lugar de aceptar procesos graduales.
• Oscilaciones emocionales: pasar de la euforia a la desesperanza en cuestión de horas o días.
Este patrón de pensamiento no solo influye en la forma de vivir la recuperación, sino también en la capacidad para manejar conflictos, tomar decisiones y relacionarse con los demás.
Consecuencias del pensamiento absolutista
El razonamiento dicotómico refuerza los estados emocionales negativos y dificulta la adaptación. Algunas de sus principales consecuencias son:
• Aumento de la frustración: al no aceptar errores o puntos intermedios, cualquier tropiezo se percibe como un desastre.
• Baja tolerancia a la frustración: se renuncia fácilmente a los esfuerzos cuando no se obtienen resultados inmediatos.
• Conflictos interpersonales: la visión extrema provoca discusiones y rupturas en relaciones importantes.
• Pensamientos autodestructivos: al no encontrar matices, se refuerzan la culpa, la vergüenza y la desesperanza.
• Mayor riesgo de recaída: la idea de “ya lo he arruinado todo” puede llevar a retomar el consumo de forma compulsiva.
En la Clínica Julia Payá en Valencia vemos cómo estas distorsiones cognitivas pueden prolongar el sufrimiento y dificultar los avances, incluso en personas con gran motivación por recuperarse.
¿Por qué surge el pensamiento dicotómico en la adicción?
Existen varias razones por las que las personas con adicciones tienden a este tipo de razonamiento:
• Efectos del consumo en el cerebro: las drogas alteran los circuitos de recompensa y decisión, afectando la flexibilidad cognitiva.
• Necesidad de control: ver el mundo en blanco y negro puede dar una falsa sensación de seguridad en un contexto de caos interno.
• Patrones aprendidos: algunas personas ya desarrollan estilos rígidos de pensamiento en su infancia o juventud, y la adicción los intensifica.
• Mecanismo de defensa: simplificar la realidad ayuda a evitar la ambigüedad, aunque lo hace a costa de perder objetividad.
Superar el pensamiento “todo o nada”
Afrontar esta distorsión cognitiva es fundamental para mantener una recuperación estable. Algunos pasos que ayudan son:
1. Reconocer el patrón: identificar cuándo se está pensando en términos absolutos.
2. Buscar los matices: preguntarse qué opciones intermedias existen en lugar de caer en extremos.
3. Aceptar los errores como parte del proceso: una recaída no significa volver al punto de partida, sino una oportunidad para aprender.
4. Reestructurar los pensamientos: reemplazar frases como “si no lo hago perfecto, no sirve” por “cada pequeño avance suma”.
5. Trabajar la tolerancia a la frustración: aprender a convivir con la imperfección y con procesos que requieren tiempo.
6. Equilibrar razón y emoción: no dejarse arrastrar por la euforia ni por la desesperanza, sino aprender a regular los estados emocionales.
El papel de la terapia en la flexibilidad cognitiva
El cambio de patrones de pensamiento no ocurre de un día para otro. En la Clínica Julia Payá, centro de adicciones en Valencia, trabajamos con herramientas terapéuticas que ayudan a las personas a cuestionar sus pensamientos, ganar flexibilidad y construir una visión más equilibrada de sí mismos y de su entorno.
Este trabajo no solo reduce el riesgo de recaídas, sino que mejora la calidad de vida, las relaciones interpersonales y la capacidad de afrontar retos cotidianos.
Conclusión
El pensamiento dicotómico o absolutista es una trampa mental que atrapa a muchas personas con adicciones en un ciclo de extremos y frustración. Reconocerlo y aprender a flexibilizar la forma de pensar abre un camino hacia el equilibrio, la estabilidad emocional y la verdadera recuperación.
En el Centro de Adicciones Julia Payá en Valencia creemos que superar este estilo de razonamiento es tan importante como dejar el consumo. Porque aprender a ver los matices, a aceptar los procesos y a valorar los pequeños pasos es lo que realmente transforma la vida.